Cada familia construye su hórreo y hasta los decoran con detalles propios, por lo que nunca son iguales.
Hay muchos en estado de abandono, pues nuevas tecnologías has suplantado la antigua forma de almacenar los granos. Además, el pequeño productor y campesino tiene una generación de relevo cada vez más reducida; los jóvenes quieren ir a las ciudades.
Hay riesgo que estas hermosas estructuras se vayan perdiendo en la Historia.
He aquí algunos de los hórreos que vimos a lo largo del Camino:
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